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15.7.06

" Angie Constanza"

Hace años de esto…si muchos años, era la época en la que yo estaba empezando a abrirme paso en el páramo de la sexualidad. Mi mejor amigo se llamaba Antonio y en la pandilla lo considerábamos el más entendido en el tema, un motivo porque lo considerábamos un experto era que Antonio tenia dos años más que todos nosotros, él rondaría los doce y nosotros los diez años y otro motivo era que Antonio vivía en la plaza de las Angustias muy cerca del barrio…de chicas de vida alegre, y desde su casa por la parte de atrás se veían las chicas ligerísimas de ropa en espera de amores que vender.
Todas las tardes del verano acudía a la casa de Antonio, el motivo era obvio, lecciones de sexualidad y vistas de prohibidos cuerpos a través de ventanas indiscretas, bueno también acudía por las meriendas que nos daba Laura su madre que hacia unos riquísimos pastelitos de jengibre y canela que devorábamos sentados en el jardín de su casa.
En ese jardín fue donde conocí a Angie Constanza, una italiana que se vino a vivir a la casa de Antonio. Recuerdo que estábamos sentados merendando y de repente apareció ella…con su cabello revuelto al viento adornado con unos reflejos un poco más claros que ayudaban a iluminarle el rostro, vestido rojo con cinturón ancho y drapeado que marcaba su talle y diseñaba su silueta femenina, llevaba gafas de sol en un insinuante color rojo que le protegían del sol sus hermosos ojos, en su muñeca lucia reloj con correa de la misma anchura que la caja y también en color rojo, y para ensalzar aun más su belleza lucia unos labios con un rojo chillón…el tono más femenino y seductor que pueda usar una mujer sexy y provocativa, y todo el aire se impregnó con la fragancia embriagadora de su perfume.
Buona séra regazzos… nos soltó en italiano, –hola, le respondimos, a mi acariciándome el pelo me dice –ciao mio piacente regazzo, come ti chiamare.
Esa tarde me había enamorado locamente de una mujer veinte años mayor que yo. Solo pensaba en ella, para mí todas las mañanas eran de cielos resplandecientes e intensa luz, y cuando oscurecía, el aroma de la dama de la noche impregnaba mis sueños.
Ir a la casa de Antonio era mi única obsesión, ya no subía a su habitación a mirar a las novias de pago, solo me importaba Angie. Ella todas las tardes salía al jardín a tomar el sol mientras escuchaba a María Callas cantar a Mami Alfredo de la traviata de Verdi. Me descolocaba aquella forma de mirarme, siempre sonriente, elevando ligeramente las comisuras de sus labios y soplando la palma de su mano en ademán de mandarme un beso y diciendo ciao mio bello regazzo…era como para sucumbir a la más dulce de las tentaciones…era como estar en el jardín de las delicias.
Un día aprovechando que se había quedado dormida mientras tomaba el sol entré en su habitación para dejarle un poema que le había escrito y descubrí la esencia de mujer que allí había. Medias, ligueros, corpiños, bodys, pololos, sujetadores, transparencias provocativas, parecía todo sacado del armario de la Lolita de Nabokov, en una mesa junto a un gran espejo sombras de ojos, barras de labios, lápiz para delinear los ojos, polvos para los parpados, brillos de labios, y gran cantidad de perfumes capturados en sensuales botellas de cristal, recorrí con mis ojos toda aquella lencería alguna con dibujos bucólicos que resultaban alegres, románticos, inocentes y picaros al mismo tiempo lo dicho allí había alma de Lolita. Recorrí suavemente con las puntas de mis dedos la insinuante estructura del cuello del corpiño, sentía impulsos que perturbaban mis sentidos, tomé en mis manos casi acariciando el encaje y suavemente lo apoyé en mis labios solo fue un instante hasta que me di cuenta que estaba en el lugar equivocado y en el momento de mi vida equivocado.
Una semana después de mi osada violación de la intimidad de Angie Constanza se marchó, el mundo se me vino abajo, me había partido el corazón, preguntaba a Antonio por ella y me respondía que no sabia nada de ella, preguntaba a Laura la madre de Antonio y ella tampoco sabia donde se había ido y muy amable me ofrecía pastelitos de jengibre y canela, tenía roto el corazón…los siguientes meses mi vida era un denso pantano de confusiones, y no había claridad en mi mente y me convertí durante un par de años en intransigente, contestón y psicótico y sufría una galopante misoginia. La mejor medicina es el tiempo lo digo porque a mi, el paso del mismo me curó aquel desengaño amoroso.
Doce años más tarde cuando cumplía mis obligaciones con la patria yo había solicitado entrar en la PM (policía militar) lo había solicitado porque los PM entraban gratis a los campos de fútbol, espectáculos musicales y en muchos cines, una bicoca, vamos que nos aprovechábamos con alevosía y prevaricación del estatus que ostentábamos.
Una tarde de frío invierno fue solicitada a la comandancia de marina una patrulla de la PM, yo esa tarde estaba de guardia y con el resto de la patrulla acudimos al servicio solicitado por la encargada de un Snack bar, frecuentado por infantes de marina con alguna fogosa urgencia que atemperar. Se había organizado una discusión por discrepancias en el precio del servicio realizado por las ardientes damas del local, la cosa acabo en golpes, varias chicas agredidas y mobiliario roto. Dos horas después de acudir a la refriega y con los marinos esposados y metidos en los furgones estábamos tomando declaración de lo sucedido a las agredidas cuando una de ellas me pidió que atendiésemos a la encargada que estaba tumbada en una de las habitaciones, había sido golpeada brutalmente, labios rotos hematomas en los ojos y cuando acabé de limpiarle las heridas susurrando me dijo…ciao mio bello regazzo... ¡Constanza! exclamé yo.
Todos los días acudía al hospital a visitarla, todos los días le llevaba una rosa, eran hermosos aquellos sentimientos encontrados…
Una tarde cuando ya estaba casi recuperada me dijo…
–sabes porque me marché hace años de la casa de la señora Laura
–no por qué
Nadie me había acariciado ni besado como tú como aquél día que te vi en mi habitación acariciando y besando mi ropa, y era obvio que por nuestras edades quedarse allí era una locura.
Cuando regresé al día siguiente ya no estaba…nunca más supe de ella…Angie Constanza me había vuelto romper el corazón…hace unos días me entere por una mísera esquela en la Voz de Galicia que había fallecido.


Constanza nunca me acuerdo de olvidarte.



5 Comments:

Blogger Mr. San Dijo...

Mesmo tropeçando aqui e ali em algumas palavras, li o post todo. Esta foi (é, ainda, para você) a Constanza... Bela e triste história, meu amigo. Uma notícia triste, uma lembrança bela. Abraços.

17:54  
Blogger meiga Dijo...

wowwwwww ok contigo no puedo querido galeguiko :-) me pego semana y pico sin venir a verte, tengo la excusa perfecta: los sanfermines, y me encuentro con esto.... la proxima vez avisa, que me pillaste con las emociones bajas y encima de que me has dejado con la boca abierta me llenaste los ojos de lagrimas diaño :-P
aissssss ese primer amor.... como duele.... miralo por el lado bueno, tuviste el privilegio de volver a verla.... y ella la poca suerte de por no dejarse llevar perderse a quien seguramente mas la quiso....
mil bikiños galeguiño do diaño y si quieres un hombro para llorar... sera un placer cuore.

18:50  
Anonymous Anónimo Dijo...

Ella una autentica dama, y tu Milocho un cabeza perdida.
Pd. Bonito es recordarla y bonito compartir el recuerdo con nosotros.

02:35  
Blogger Unknown Dijo...

Un auténtico amor platónico. Una verdadera lástima que quedara en eso, hubiera sido una historia preciosa. Aunque sigue siéndolo. Amaste con la inocencia de un niño y ese sentimiento no se borrará. Lo siento por ella.

Un beso

20:29  
Blogger ROx Dijo...

Cuantas cosas en esta vida no fueron porque no las dejamos ser, porque no nos dejaron, porque no debieron ser, porque no creimos que debian ser. Aunque nuestros corazones o nuestra piel gritaran lo contrario ..Me encanto la historia, de verdad!.

04:53  

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