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Jo arto me tiene este dichoso cartelito que arriba estáis viendo. Creo que tendré que volver a ese nostálgico pasado de cuando nos comunicábamos con la persona querida por medio de una carta.
Si los e-mail son los correlatos de la virtualidad en la que vivimos, comunicarnos por carta manuscrita supone la presencia física de un trazo, el olor del papel perfumado en la que fue escrita, y propone una intimidad de la que carece la instantánea efectividad de los mensajes digitales.
Solo espero que Gmail solucione sus problemas pronto, porque tengo que contar mis saudades a…