“Eric”

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Los días de holganza veraniega se han acabado. He tornado al trabajo en la fábrica y lo primero que he visto es que a Eric algo le había pasado.

Eric es joven ronda los veintidós años, es el novato, buen compañero si le pides que te eche una mano en algo nunca dice que no y en su cara de aniñado luce una eterna sonrisa que te cautiva.
He preguntado a compañeros que le pasaba a Eric puesto que ya no sonreía y andaba con la cabeza baja como si una inquietud interior le obligara a ello.
Resulta que Eliseo tosco en sus modales, grosero en su conversación habitual y falta de tacto en su comportamiento ha visto en la playa del Serradal a Eric besándose con su amor y claro como en la fábrica todos desconocían que Eric tenía novio el zafio de Eliseo se encargo de anunciarlo con burlas y mofas.
A mí, que se rían de alguien me encrespa y me pongo del lado de la persona agraviada rápidamente sin ver las consecuencias que eso pueda traer y claro cuando he visto a Eric a la hora del almuerzo allí arrinconado en el comedor como si fuera un apestado y el basto del Eliseo y sus palmeros riéndoles las gracias que le hacia al pobre muchacho estallé diciéndole por qué no te callas, imbécil, a la vez que soltaba un puñetazo en la mesa haciendo caer por el efecto del golpe lo que en ella había. El bronco del Eliseo puso su cara frente a la mía balbuciendo no sé que cosas pero no me amedrantó, parecíamos esos inquilinos del Masái Mara rugiendo y enseñando los dientes como arma disuasoria. La bronca duró un instante puesto que los compañeros nos separaron haciendo entrar en razón al Eliseo.
Desde la pendencia ya nadie volvió a reírse de Eric respetan su homosexualidad y el muchacho poco a poco va recobrando su eterna sonrisa.